El pasado sábado 14 de julio fueron ordenados presbíteros los diáconos Salvador Candelario, Walter Hugo Castillo y Samuel Antonio Orellana. Todos ellos son ex-alumnos de nuestro seminario. Forman parte de la larga lista de jóvenes que ha llegado a decirle sí al Señor. 

En una multitudinaria celebración en donde el centro de todo fue la Sagrada Eucaristía, fueron consagrados como sacerdotes de Cristo y de la Iglesia, este grupo de jóvenes que ahora están dispuestos a seguir con la misión de Cristo en la tierra.

 La Eucaristía fue concelebrada por varios sacerdotes de nuestra diócesis, así como de otros que venían de la Arquidiócesis de San Salvador, de la diócesis de Zacatecoluca y de seminaristas de otras nacionalidades que han sido compañeros de estudio de los nuevos presbíteros en su estancia en España e Italia. 



Con una liturgia delicada y de muy buen cuido, se expresó la acción de gracias a Dios por tan hermoso don. El Señor Obispo, Monseñor José Elías Rauda OFM, insistió a los nuevos sacerdotes a tratar de vivir lo que van a enseñar, pues el sacerdocio tiene que ser coherencia entre palabra dicha y acción hecha. Les invitó también a ser creativos en su ministerio, así como a estar siempre disponibles a las necesidades humanas y espirituales de los fieles, a cuidar siempre el decoro de las celebraciones y lugares litúrgicos, como el buscar conocer a las ovejas que les tocará pastorear. En uno de los momentos más sensibles de la celebración y acompañado por el hermoso canto del pregón sacerdotal, Monseñor José Elías Rauda OFM, presentó al pueblo de Dios los nuevos presbíteros, quienes inmediatamente explotaron con un expresivo aplauso de júbilo y de acción de gracias.

La consagración sacerdotal de estos jóvenes es muestra de la actualidad de la llamada de Dios y de la respuesta humilde del ser humano. Salvador Candelario, Walter Hugo y Samuel Antonio han sabido responder sí al Señor en su proceso formativo, ahora el Señor, les pide responderle positivamente en el ministerio que les confía. 

Salvador Candelario es originario de Santa María Ostuma, Walter Hugo de Ilobasco y Samuel Antonio de Sensuntepeque. Jóvenes con miedos y con sus propias luchas como cualquier otro joven pero con la confianza en Dios para tomar parte activa de la misión de Cristo, esa confianza que destierra todo temor y fortalece toda debilidad.

EL PAPA NOS DICE

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