Este lunes 8 de Abril, la comunidad del seminario ha tenido la celebración de la cena especial con ocasión de la Pascua del Señor. En un ambiente sencillo pero acogedor toda la comunidad en pleno ha recordado la Resurrección del Señor, acontecimiento que es fuente de alegría y sentido para todo cuanto el cristiano vive y proyecta.

Ha habido un breve espacio para contar las experiencias de misión o de vivencia de semana santa en la catedral de la diócesis junto al señor obispo. En todos los casos algunos de los jóvenes seminaristas han coincidido que impacta la actitud de acogida y presteza de las personas en las comunidades. Otros han remarcado el hecho de que han aprendido cosas nuevas. El padre rector se ha referido a este momento de convivencia, haciendo notar que esta oportunidad de escuchar las experiencias de otros nos hace también verdaderos cristianos, pues el saber escuchar lo que el otro ha vivido enriquece, ya sean experiencias positivas o negativas.

Al final de la noche se ha tenido la oportunidad de ver una película sobre la perseverancia y la capacidad de saber confiar en los otros, aún cuando alrededor parezca que no se puede confiar en nadie. La película es una adaptación de una novela de Ann Holm y cuenta la historia de un niño búlgaro de 12 años que, en tiempos de Stalin, logra escapar de un campo de prisioneros del este de Europa. Este drama, envuelto en el sufrimiento de la guerra, celebra la resistencia de la juventud y el espíritu inquebrantable de un niño.

Después de esta pequeña celebración la comunidad formativa se prepara ahora para celebrar lo que se ha denominado “Semana de Oración por las vocaciones”, la cual antecederá al domingo del Buen Pastor (21 de abril), día en que la Iglesia entera celebra la Jornada Mundial de oración por las vocaciones. Que Cristo resucitado siga iluminado el camino formativo y de discernimiento en todos los seminaristas del mundo entero.

EL PAPA NOS DICE

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